En este proceso de remodelación de las
deformidades post-fractura influyen ciertos
factores como la edad esquelético, localización
de la fractura, grado de la angulación y
sentido de la misma, cantidad de remodelación
necesaria y duración del proceso.
La
remodelación es mejor en los niños más jóvenes,
en especial, por debajo de los 8-10 años.
La magnitud de la remodelación depende
de la localización de la fractura y de la edad
del paciente. Las cifras aceptables de angulaciones
con las que puede obtenerse una
remodelación completa en cada localización
son variables. El periodo de remodelación
es prolongado y parece que se completa
casi totalmente a los 5 ó 6 años de la
fractura.
Éste es el motivo por el que se
recomienda, ante una deformidad angular,
retrasar las correcciones quirúrgicas al
menos 3 años, a no ser que dicha deformidad
sea lo bastante grande como para afectar
la función del miembro.
Algunos autores señalan que en niños
de corta edad (< 8 años) se corregirían
deformidades rotatorias, mientras otros opinan
que el remodelado de deformidades
rotatorias es siempre muy escaso. En la
práctica clínica se acepta que las deformidades
angulares se remodelan, no así las rotacionales.
La capacidad de remodelación del
hueso en los niños permite que la exactitud
de la reducción de las fracturas sea en ellos
menos importante que en los adultos.
Angulaciones en la zona media de los
huesos largos normalmente no son aceptables,
ya que no se remodelan bien. En niños
menores de 8 años, las angulaciones cercanas
a las articulaciones son más aceptables.
Si la angulacion es menor de 30° y está
dentro del plano de movimiento de la articulación
vecina, puede esperarse una alineación
normal. La consolidación de la fractura
con los fragmentos desviados ad laturn
(bayoneta) es aceptable con tal de que la alineación
sea exacta.
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