El 80% de las
fracturas de cuello femoral son desplazadas.
Es fundamental la reducción anatómica y la
osteosíntesis. Se repite con frecuencia en la
literatura que debe tratarse agresivamente
estas fracturas o, lo que es lo mismo, que el
tratamiento conservador de estas fracturas
es la reducción anatómica y la síntesis 28,
42. Como en otros tipos ya mencionados el
tratamiento debe instaurarse urgentemente
con intención de disminuir la incidencia de
necrosis avascular.
La reducción cerrada se hará con anestesia
general y en mesa ortopédica mediante
las siguientes maniobras: tracción de la
extremidad, abducción máxima de la cadera,
presión hacia abajo del trocánter mayor
y rotación interna de la extremidad de 20º,
las maniobras deben ser suaves y se evitaran
los intentos repetidos de reducción. Si no se
consigue la reducción anatómica de forma
cerrada, se hará reducción abierta por un
abordaje de Watson-Jones.
Excepcionalmente se recomienda reducir
la fractura aplicando tracción seguida de
pelvi-pédico. Contra la tracción se ha aducido
la dificultad de realizarla correctamente,
ya que debe aplicarse con rotación interna de la extremidad, con la posibilidad de
que incremente la presión intra-articular al
aumentar la tensión de la cápsula y del
músculo psoas.
Tras la reducción cerrada o abierta algunos
autores recomiendan la inmovilización
escayolada, especialmente en los niños
menores de ocho o diez años en los que la
utilización de fijación interna es más difícil
ó si el ángulo de Pawels es menor de 50º.
De forma general se propone la síntesis
de la fractura tras la reducción cerrada o
abierta porque la inmovilización escayolada
no puede evitar las fuerzas varizantes y
podría incrementar la presión intra-articular
favoreciendo la necrosis avascular. La
fijación interna que se recomienda es con
agujas de Kirschner convencionales lisas o
roscadas, o con uno o dos tornillos canulados
de distintos tipos. Se procurará no atravesar
la fisis con los tornillos, porque la
metáfisis infantil, al contrario del adulto, es
dura y permite un anclaje firme a la rosca
distal del tornillo.
De cualquier manera si es
inevitable pasarla es preferible utilizar agujas,
situarlas centralmente en la fisis y retirarlas
lo antes posible. Hughes y Beaty basados
en que la fisis femoral proximal contribuye
solamente al 13% del crecimiento de
la extremidad, o lo que es lo mismo a tres o
cuatro milímetros de crecimiento anual, no
creen completamente contraindicado el
paso de la fisis por el material de síntesis,
porque la lesión de la placa de crecimiento
que pueda originar tendría escasa repercusión
clínica. Se ha abandonado el clavo trilaminar
con el que se comunicaron una
incidencia elevada de necrosis avascular.
Se ha utilizado la inmovilización con
pelvi-pédico tras la osteosíntesis y el uso de
una ortesis para descargar la cadera durante
ocho o diez meses para tratar de evitar la
necrosis avascular.
Pocos autores proponen
la tracción hasta la consolidación tras la
fijación interna de la fractura con la extremidad
en abducción, flexión y rotación
externa.
De la misma manera algunos recomiendan
la descarga de la extremidad hasta que
desaparezcan los signos radiográficos de la
fractura.
Algunos autores recomiendan la osteotomía
intertrocanterea valguizante inicial
para el tratamiento de estas fracturas en las
siguientes situaciones: cuando no se consiga
una reducción cerrada anatómica, si el
trazo de fractura tiene un ángulo de Pawels
mayor de 50º ó 60º ó en los niños menores
de diez años aduciendo que en ellos es más
difícil la síntesis.
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