De cualquier forma no existe una constatación
clínica evidente de la ventaja de
evacuar el hemartros, porque mientras algunos
comunican la ausencia de necrosis avascular
siguiendo a la evacuación sistemática
del hemartros, otros no observan menor
incidencia de esta complicación tras la
artrotomía sistemática de estas fracturas. De
esta forma la evacuación sistemática del
hemartros continúa siendo controvertida
aunque no por ello desaconsejable.
Ratliff realizó una clasificación radiográfica
de la necrosis avascular en tres tipos,
aunque algunos de sus casos no se ajustaban
estrictamente (Fig. 8):
Tipo I
Afecta a la epífisis y al cuello femoral
desde la fractura. Es tipo más frecuente y
todos tuvieron mal resultado final.
Tipo II
El área de necrosis esta limitada a la epífisis,
provocando un colapso cefálico mínimo
con un cuello femoral normal. La cuarta
parte obtiene buenos resultados.
Tipo III
La necrosis se limita al cuello, evidenciándose
por aumento de densidad radiológica.
Estos pacientes obtuvieron buenos
resultados en casi la mitad de los casos, es
decir se trata de la forma más benigna, aunque
muchos de ellos presentaron epifisiodesis
secundaria. La existencia de esta forma
de necrosis ha sido cuestionada, atribuyéndose
estos cambios radiológicos a los propios
de la fractura. (Fig. 9)
No hay comentarios:
Publicar un comentario