El primer síntoma clínico de la necrosis
es el dolor y limitación de movilidad
secundaria a la sinovitis. A largo plazo se
han constatado dolor invalidante y limitación
de movilidad y de la actividad en el
50% de los pacientes afectos de necrosis
avascular.
Esta complicación se presenta precozmente
y es posible su diagnóstico a los cuarenta
y cinco días de la lesión, de forma
general se dice que siempre se desarrolla
antes de los doce meses de la fractura, aunque
se han presentado casos de desarrollo
posterior.
A pesar que la necrosis avascular
es imposible de predecir, se ha recomendado
para su diagnóstico por imagen precoz
el estudio gammagráfico a los tres, seis y
doce meses que mostrará la disminución de
la captación del isótopo, o realizar radiografías
simples cada dos meses el primer año.
Algunos autores han comunicado la
similitud evolutiva de la necrosis avascular
con los cambios radiográficos observados
en la enfermedad de Perthes, pero esta
similitud no la han encontrado otros. Se ha
descrito la siguiente secuencia evolutiva
radiográfica: inicialmente perdida de definición
de la fisis, de igual manera en el
comienzo no se observará osteoporosis,
sino que la epífisis deja de crecer mientras
sigue creciendo el cartílago por lo que en la
radiografía se evidenciara un aumento de la
interlinea articular compañado de esclerosis,
después se desarrolla fragmentación y
deformidad epifisaria, específicamente
colapso de la cabeza. La coxa magna
siguiendo a la necrosis avascular se ha atribuido
a cuadros isquémicos mínimos.
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