Diagnóstico
Es difícil diagnosticar las fracturas no
desplazadas, siendo necesario un alto índice
de sospecha con radiografías forzadas y/o
Resonancia Magnética, si fuera necesario,
para confirmar el diagnóstico. Las fracturas
desplazadas, por el contrario, no suelen presentar
poblemas diagnósticos con la radiología
simple.
Tratamiento
Al igual que sucede en las fracturas de
fémur distal, vigilar las lesiones arteriales es
primordial y preceptivo. Una vez hecho
esto, en las no desplazadas, el tratamiento
consiste en la inmovilización con yeso
cruro-pédico con la rodilla en extensión.
En las desplazadas, se necesita flexionar la
rodilla para poder reducir la fractura para
relajarse los músculos posteriores.
También es necesario empujar hacia
delante el fragmento metafisario distal.
Puede requerir la estabilización mediante
agujas cruzadas de metáfisis a epífisis. La
interposición de periostio puede impedir la
reducción cerrada de algunas lesiones tipos
I y II de Salter Harris.
Si la superficie articular está alterada,
puede ser necesario la reducción abierta o
por vía artroscópica. Las lesiones tipos III y
IV pueden necesitar tornillos transepifisarios
o transmetafisarios. Es necesario comprobar
la estabilidad ligamentosa, que
podría en un futuro requerir intervención
quirúrgica.
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