En primer lugar, dependiendo de la
extensión, los puentes óseos fisarios pueden
ser divididos en dos grandes grupos: totales
y parciales. (Fig. 4)
Los cierres fisarios prematuros totales
tienden a producir fundamentalmente un
acortamiento del segmento óseo afecto
mientras que los parciales suelen conducir a
trastornos del crecimiento más complejos.
Los cierres fisarios parciales pueden clasificarse,
según su localización, en periféricos,
centrales y lineares.
Los puentes óseos periféricos suelen
producir deformidades angulares más o
menos marcadas, muy frecuentemente asociadas
a acortamiento del hueso afecto. En
el caso de lesionarse la zona de Ranvier
puede afectarse también el crecimiento
latitudinal.
Los puentes centrales tienden sobre
todo a producir acortamiento y una deformidad
característica epifisaria en «tienda de
campaña» (ver Fig.10 -izda- del capítulo
anterior). Si el puente no está localizado
exactamente en el centro del cartílago de crecimiento, también es muy posible que al
acortamiento se asocie una deformidad
angular.
El cierre parcial lineal, es en realidad una
combinación de los dos anteriores, dando
lugar a deformidades angulares y acortamientos
asociados.
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