Consideraciones anatómicas
La estructura de la línea fisaria distal
femoral es característica. Tiene cuatro protrusiones,
de epífisis a metáfisis, procesos
mamilares, que estabilizan la epífisis ante
fuerzas horizontales cizallantes. Sin embargo,
cuando la fisis falla y se produce una
fuerza horizontal cizallante, se lesionan las
células germinales de estos procesos mamilares,
pudiendo originar la formación de
puentes óseos.
Por otro lado, los ligamentos colaterales
y cruzados se insertan en la epífisis lo que
en cierto modo deja la fisis más vulnerable
que en la tibia proximal donde los ligamentos
colaterales presentan también inserciones
metafisarias.
Diagnóstico
El examen clínico puede llevarnos a
confusión con una lesión ligamentosa. Con
frecuencia hay inflamación marcada con
hemartros ya que, aunque la fisis es extraarticular,
suele existir un arrancamiento capsular
importante que comunica la articulación
con la fractura. El desplazamiento
medial o lateral puede ser muy llamativo
clínicamente lo que suele acompañarse de
una laxitud varo o valgo.
La exploración vasculo-nerviosa de
estas fracturas es de capital importancia.
El examen clínico de las lesiones no
desplazadas puede ser poco clarificador.
Puede existir tumefacción medial, en la
zona de la placa fisaria aunque más a menudo
suele observarse inflamación en el muslo
distal, por el hematoma intramuscular proveniente
de la fisis.
El examen radiológico de las lesiones
desplazadas es obvio.
En las fracturas no desplazadas (Fig. 6),
sin embargo, debemos prestar mayor atención
a las radiografías ya que, aunque parezcan
normales, ocasionalmente pueden darnos
alguna pista. En las fracturas de estrés,
que no tienen hemartros, solamente se
observa un ensanchamiento de la línea fisaria.
En las lesiones no desplazadas tipos I y
II de Salter-Harris el hemartros puede estar
presente y visible en la radiografía lateral de
la rodilla como un aumento de la almohadilla
grasa.
El aumento de las partes blandas
profundas del muslo distal indica sangrado
o edema intramuscular. Las lesiones tipo III
de Salter Harris con frecuencia son no desplazadas
y pueden parecer ocultas a la
radiología convencional ya que la integridad
de los ligamentos lateral interno y cruzado,
pueden evitar el desplazamiento del
cóndilo medial.
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