Fracturas extra-articulares de la rodilla
FRACTURAS FISARIAS. GENERALIDADES
Las fracturas del cartílago de crecimiento
o fisis , el único tipo de fractura verdaderamente
exclusivo de los niños, presentan
dos características que las hacen dignas de
una atención especial. La primera es la gravedad
potencial de sus secuelas y, la segunda,
su alta frecuencia.
Podemos decir, sin temor a equivocarnos,
que gran parte de lo que hoy sabemos
sobre los traumatismos del cartílago de crecimiento
y sobre el comportamiento de
dicha estructura en esas circunstancias, ya
era conocido en 1898 cuando John Poland
publicó su libro titulado «Traumatic
Separation of the Epiphyses» («Separación
traumática de las epífisis»).Ya en el siglo XX
aparecen las publicaciones que hoy están
más en boga: el primero es el clásico libro
de Blount, seguido años más tarde de los
libros de Rang y Ogden , este último quizá
el más completo sobre traumatología infantil
en general y fisaria en particular.
El cartílago de crecimiento podría ser
dividido en tres componentes distintos,
dependiendo del tejido que la forma: un
componente cartilaginoso, dividido a su vez
en varias capas, un componente óseo (la
metáfisis) y un componente fibroso rodeando
la periferia de la fisis, que consiste en el
surco de Ranvier y el anillo pericondral de
Lacroix.
La capa de calcificación provisional que
Brighton considera como parte de la capa
hipertrófica constituye una zona histológica
diferenciada de ésta dentro del componente
cartilaginoso.
Histológicamente, la fisis está constituída
por tres capas principales, bien diferenciadas
(germinal, proliferativa e hipertrófica)
y cada una con sus funciones específicas.
En lo referente a la vascularización de la
placa de crecimiento, podríamos decir que
la circulación epifisaria tiene una función
eminentemente nutriente mientras que la
metafisaria se ocupa fundamentalmente de
su osificación encondral.
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