INTRODUCCIÓN
Las secuelas más relevantes de las fracturas
fisarias, son:
• Incongruencia articular y, en consecuencia,
artrosis.
• No-unión de los fragmentos fracturarios.
• Trastornos del crecimiento.
De ellas, en este capítulo, solo vamos a
fijarnos en los trastornos del crecimiento ya
que constituyen la única secuela específica
de las lesiones fisarias.
Las dos primeras pueden darse también
como consecuencia de otro tipo de fracturas,
no sólo las fisarias.
La secuela más habitual, frecuente y
funcionalmente importante de una fractura
fisaria y excepcionalmente extrafisaria,
es un bloqueo del crecimiento de la fisis
afecta, bien parcial o total, debido a la aparición
de un cierre prematuro fisario
(puente óseo o epifisiodesis). Su causa más
probable es la comunicación epifiso-metafisaria
al nivel de la fractura y, su consecuencia,
el acortamiento y/o la deformidad
angular del segmento óseo afecto (Fig.1).
Los puentes óseos fisarios pueden también
dar lugar a las deformidades epifisarias, aunque
más infrecuentes.
En cierto tipo de fracturas, no estrictamente
fisarias, puede llegan a producirse,
por el contrario, un estímulo del cartílago
de crecimiento más próximo a la fractura.
Este fenómeno de hipercrecimiento es más
frecuente en la extremidad inferior que en
la superior y su mecanismo de producción
es, por el momento, desconocido.
Un fenómeno particular atribuido al
efecto de estímulo (hipercrecimiento) que
tienen algunas fracturas sobre el cartílago
de crecimiento, es la deformidad en valgo
de la tibia tras fractura metafisaria proximal
con, generalmente, mínimo desplazamiento.
En estos casos, la evolución suele ser
favorable sin tratamiento, pero en ocasiones
es necesario el uso de osteotomías.
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