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jueves, 10 de octubre de 2013

Cierre prematuro del crecimiento y tratamiento

Tras una lesión de la placa epifisaria, el crecimiento local puede cesar de forma inmediata o puede continuar a ritmo lento durante un período variable hasta que se detiene por completo; además, la alteración del crecimiento puede afectar a la totalidad de la placa o solamente a una parte de ella. 
La deformidad resultante es progresiva hasta que el paciente acabe su desarrollo. Por tanto, la gravedad del problema clínico depende de varios factores: la localización de la lesión en la placa, la extensión de la zona lesionada, y crecimiento residual expectante de la placa epifisaria. Los principales tipos de deformidad que pueden desarrollarse son la angulación progresiva, acortamiento progresivo o una combinación de ambos (Fig. 10). 
Para planificar el tratamiento más efectivo en estos casos de deformidades progresivas son necesarias múltiples valoraciones. El retardo o el cese del crecimiento de una área de la placa epifisaria con continuidad del crecimiento del resto de la placa provoca una angulación gradual y progresiva. Bajo estas circunstancias, el crecimiento de la porción sana de la placa eventualmente se detiene y entonces, además de la angulación, el acortamiento comienza a ser patente. 
Generalmente, el tratamiento de elección es la realización de una osteotomía de adición con el fin de preservar el potencial crecimiento de la placa no lesionada y ganar algo de longitud de la extremidad.A menos que la totalidad de la placa epifisaria haya cesado de crecer, la osteotomía debe hipercorregir la deformidad para retrasar la inevitable recurrencia. Cuando la deformidad progresiva se presenta en un niño, puede ser necesario repetir la osteotomía más de una vez. El frenado epifisario mediante grapado puede ayudar a corregir una deformidad progresiva, pero sólo si el área lesionada de la placa epifisaria está aún en crecimiento. 
Este método tiene el inconveniente, sin embargo, de provocar, además, acortamiento de la extremidad afectada. La escisión de un puente óseo postraumático que cruza la placa epifisaria y la colocación de un injerto libre de grasa, como desarrolló Langenskiöld, ofrece la posibilidad de prevención de una deformidad angular progresiva e incluso compensar el crecimiento longitudinal simétrico, siempre que el puente óseo no exceda de 1/3 de la placa epifisaria. Si el cese prematuro del crecimiento asienta en uno de los dos huesos de la pierna o el antebrazo, la dismetría originada entre los dos huesos provocará una deformidad progresiva (varo o valgo) próxima a la articulación. Por ejemplo, el cese prematuro del crecimiento de la placa epifisaria distal de radio, si aún el cúbito está creciendo, provocará una deformidad progresiva en valgo o radial de la mano. Para evitar este problema puede ser necesario alargar el hueso corto o acortar el hueso largo a la vez que se realiza un frenado de la epífisis en crecimiento para prevenir la recurrencia de la deformidad. Cuando un hueso aislado (fémur o húmero) desarrolla un acortamiento progresivo, el resultado es una discrepancia en la longitud del miembro, hecho sólo significante en los miembros inferiores.
Una dismetría de 3 cm o que se espera que llegue a esa magnitud, generalmente, requiere alargamiento del hueso afecto o, como alternativa, el frenado epifisario o el acortamiento quirúrgico del miembro contralateral siguiendo los principios de compensación de la longitud.
Figura 10. Imágenes de los distintos tipos de trastornos de crecimiento que se pueden dar como
secuela de una fractura fisaria. Izda.: acortamiento. Centro.: deformidad angular. Dcha.: trastorno
mixto (acortamiento + deformidad angular).

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