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martes, 15 de octubre de 2013

TRATAMIENTO DE LOS CIERRES PREMATUROS FISARIOS - I

El enfoque terapéutico de los puentes óseos fisarios y los trastornos de crecimiento consecuentes, varía sustancialmente dependiendo de que el paciente haya llegado o no a la madurez esquelética en el momento del tratamiento. 
• Paciente esqueléticamente inmaduros (Algoritmo I). 
La gran diferencia de este con el grupo de pacientes maduros está en la existencia de fisis abiertas, con mayor o menor función remanente, por lo que, en determinados casos, serán susceptibles de técnicas que podíamos denominar de «cirugía fisaria». 
La posibilidad de que quede un crecimiento remanente, hace que sea de gran importancia en estos pacientes calcular la edad esquelética para lo que el método más usado es el de Greulich y Pyle. Para ver si queda crecimiento remanente y para cuantificarlo pueden utilizarse los métodos de predicción de la dismetría al llegar a la madurez, sobre todo, las gráficas de Crecimiento Remanente de Anderson y Green y la gráfica en Línea Recta de Moseley. 
El primer factor en que debemos fijarnos ante un puente fisario en un paciente inmaduro es la extensión del puente. Si el puente ocupa menos de la mitad del total fisario y hay crecimiento remanente suficiente (niñas hasta 11-12 años y niños hasta 13-14 años de edad esquelética), el tratamiento de elección, en nuestra opinión, es la técnica de resección-interposición descrita por Langenskiöld en 1967. En esta técnica se trata de resecar el puente y mediante la interposición de grasa autóloga, conseguir una regeneración fisaria que impida la reproducción del puente y se produzca el restablecimiento funcional del cartílago de crecimiento (Fig.5).
Figura 5. Técnica de Langenskiöld. a) ) esquema de la intervención en tibia distal. b) Radiografía intraoperatoria mostrando la fase de resección del puente mediante fresado con torno de precisión en fémur distal.

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