• Pacientes esqueléticamente maduros
(Algoritmo II).
En este apartado comentaremos los tratamientos
que pueden ofrecerse a pacientes maduros, hasta los veinte años de edad
aproximadamente, que presenten secuelas
de antiguos puentes óseos fisarios.
En primer lugar estudiaremos si el cierre
prematuro fisario ha producido un
acortamiento, una deformidad angular o un
trastorno mixto.
En el caso de los acortamientos sin o
con mínima deformidad angular, como veíamos
con los pacientes inmaduros, es
importante la magnitud de la dismetría. Si
ésta es mayor de 10 cm, generalmente al
alargamiento mediante osteotomía percutánea
hay que asociar un acortamiento contralateral
para conseguir igualar la diferencia
en longitud. Si la dismetría es de entre 5 y
10 cm lo habitual es que la elongación sea
suficiente sin necesidad de otros gestos asociados.
En casos de dismetría de entre 3 y 5
cm puede plantearse un acortamiento contralateral
en el hueso homólogo. Este último
tratamiento está menos indicado cuando
el paciente es de talla corta o simplemente
cuando el paciente no lo acepta en
cuyo caso se puede ofrecer una elongación
como las mencionadas anteriormente.
Los acortamientos puros de menos de 3
cm no necesitan en nuestra opinión un tratamiento
quirúrgico siendo suficiente un
alza ortopédica si es mayor de 1,5 cm, o no
precisando terapia alguna si es menor.
En los trastornos mixtos, el tratamiento
que pensamos debe realizarse es la elongación-
corrección angular mediante osteotomía
percutánea, con la cual se puede corregir
la dismetría y la deformidad. En ocasiones, como veíamos, la dismetría es demasiado
importante como para corregirla sólo
con la distracción y es necesario añadir un
acortamiento contralateral para compensarla.
En los casos en que el problema es la
deformidad angular, se pueden considerar
las osteotomías convencionales de corrección
inmediata que pueden ser de cierre o
apertura. Las desventajas de las primeras son
que producen un cierto acortamiento pero
por contra, la corrección es más fácil de
conseguir que en las de apertura cuyas desventajas
más importantes, sobre todo en
deformidades severas, son precisamente la
dificultad de corrección, las posibles lesiones
por tracción de partes blandas y los problemas
de consolidación.
En la extremidad inferior, en casos de
tibia vara y/o fémur valgo, venimos empleando
desde hace unos años la denominada
osteotomía de apertura progresiva cuyas
ventajas fundamentales sobre las osteotomías
correctoras convencionales son precisamente
que, al realizarse progresivamente, se
evitan lesiones por tracción y se facilita la
corrección y que, al utilizarse distracciones
externos, se posibilita el ajuste de la corrección
en todo momento hasta la consolidación
de la osteotomía. Además no se produce
acortamiento (inconveniente de las
osteotomías convencionales de cierre) y, en
los casos de deformidad tibial no es necesario
realizar osteotomía de peroné para permitir
la corrección. (Fig 7).
Algoritmo II. Tratamiento de los trastornos del crecimiento producidos por puentes óseos fisarios en pacientes maduros
(< 20 años). OP: osteotomía percutánea.
Figura 7. Secuela de puente óseo de fractura tipo IV de Salter y Harris que genera varo de tobillo. Corrección mediante osteotomia de apertura progresiva con fijador externo.
a) Serie radiológica de la corrección progresiva.
b) Resultado radiológico final a los 12 meses de la corrección.
c) Aspecto clínico del tobillo antes y 1 año después de la operación.
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