La fijación externa de las fracturas
pediátricas es poco frecuente.
Está indicada en fracturas abiertas con
grave lesión de los tejidos blandos (lesión
arterial) (Fig. 5). Existe una elevada incidencia
de infección del tracto de los tornillos:
al utilizar el fijador externo, los cuidados
de la entrada de los tornillos son vitales.
Además, la tasa de retardos de consolidación
y refracturas tras la retirada del fijador
es alta.
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