Las fracturas en los niños no siempre
remodelan y algunas veces se producen
resultados inaceptables que deben corregirse
mediante técnicas quirúrgicas. En la
corrección espontánea de angulaciones
residuales en niños, toman parte el periostio/
endostio y las placas de crecimiento
vecinas al foco de fractura, los cuales al participar
activamente tratarán, aunque en
diferente proporción, de conseguir la realineación
correcta de la fractura mal unida.
Aunque el mecanismo básico que corrige
estas deformidades no es bien conocido,
parece que dos leyes biológicas intentan
atribuir el papel dominante al factor mecánico
(Fig. 1).
La primera ley descrita por Wolff en
1892 establece que el depósito de nuevo
hueso tiene lugar allí donde es mecánicamente
necesario (esto es en el área de
carga), y su reabsorción donde no es necesario.
De esta forma, en las fracturas consolidadas
con angulación, el nuevo hueso se
deposita en el área de la concavidad, mientras
predominan los fenómenos de reabsorción
en la convexidad (Figs. 2 y 3). Esto
provocaría una «suavización» de la angulación y, por tanto, cierta alineación de los
fragmentos. Aunque este proceso también
tiene lugar en adultos, en los niños es más
notable.
Figura 2. Los procesos fundamentales que tienen lugar durante el remodelamiento de las fracturas mal unidas
(anguladas) en niños, son el estímulo del crecimiento fisario (1), crecimiento asimétrico longitudinal de la fisis (2), aposición-reabsorción de hueso por el periostio/endostio (3).
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