2. La fijación externa
Permite mantener y ajustar la longitud
del hueso traumatizado y ejercer también
una leve compresión interfragmentaria, en
especial en las fracturas transversales, con lo
que se incremento considerablemente su
estabilidad.
Sus indicaciones más precisas son las
fracturas abiertas, las fracturas acompañadas
de graves lesiones de las partes blandas
(quemaduras, arrancamientos) circundantes,
las fracturas con pérdida de sustancia, las
fracturas con hueso expuesto y necrosado,
fracturas en politraumatizados y traumatizados
craneoencefálicos o pacientes que
precisan cuidados intensivos.
Las ventajas de la fijación externa son
(Fig. 6):
1. Producir lesiones en la piel de muy
poca magnitud y siempre a distancia
del foco lesional
2. Permitir buen acceso a todo el miembro
para tratar las lesiones de las partes
blandas.
3. Permitir con facilidad una correcta
reducción.
4. Permitir aumentar la estabilidad de la
fractura ejerciendo la adecuada compresión
interfragmentaria.
5. Permitir en muchos casos una carga
precoz.
6. En caso necesario, permitir el transporte
óseo, así como la reconstrucción
de pérdida de sustancia ósea.
7. Su tolerancia es buena y la tasa de
complicaciones muy baja.
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