Estas fibras de colágeno en la matriz de
la placa epifisaria están dispuestas longitudinalmente
y juegan un papel similar a los
barrotes de acero del hormigón armado. En
las dos primeras capas de la placa, la matriz
es abundante y a ese nivel la placa es fuerte.
En la tercera capa la matriz es escasa, y
por tanto es débil. En el lado metafisario de
esta capa, sin embargo, la matriz está calcificada,
formando la denominada zona de
calcificación provisional.
La adición de calcificación
parece ser que refuerza esta porción
de la tercera capa, ya que el plano de
clivaje en una separación epifisaria se suele
producir en dicha a capa a nivel de la unión
entre la parte calcificada y la no calcificada.
Parece lógico, por tanto, que la constatación
del plano de clivaje es el resultado directo de los detalles estructurales de la placa epifisaria
normal. Esta localización del plano
de clivaje en una separación epifisaria completa,
hace que las células germinales o en
crecimiento permanezcan ancladas a la epífisis.
Por tanto, si la nutrición de estas células
no está lesionada por la separación, no
existiría razón por la cual el crecimiento no
continúe de una manera normal. Lo esencial
del problema es, por tanto, no la naturaleza
mecánica de la lesión sobre la placa,
sino si la separación interfiere o no al aporte
sanguíneo. Las fracturas que cruzan la
placa epifisaria y las lesiones por aplastamiento
de la placa presentan problemas
adicionales y son discutidas más abajo.
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